Nota del editor: Este blog sobre el regreso a clases fue publicado originalmente por la Oficina de Justicia y Prevención de la Delincuencia Juvenil del Departamento de Justicia de los Estados Unidos en 2018 Para conocer las estadísticas más recientes sobre acoso, visite nuestra sección Información sobre el acoso.
El comienzo de un nuevo año escolar es un momento que llena de entusiasmo a la mayoría de los estudiantes. Pero lamentablemente volver a las salas puede ser muy estresante para algunos jóvenes, a causa del acoso.
El acoso sigue afectando a una gran cantidad de estudiantes. Según los últimos datos de la Oficina de Estadísticas Judiciales y el Centro Nacional de Estadísticas Educativas, el 21 por ciento de los estudiantes de entre 12 y 18 años denunció haber sufrido abuso en la escuela durante el año escolar.
Muchas veces relativizado como "cosa de chicos", el acoso crea un clima de miedo en las escuelas, en los patios de juego y en los vecindarios. Las víctimas de acoso sufren diversos problemas psicológicos y relacionados con la escuela, como depresión, ansiedad, bajo rendimiento en sus estudios y ausentismo.
El acoso no se produce solo dentro de la escuela. Según un estudio de 2017, aproximadamente el 15 por ciento de los estudiantes denunció sufrir ciberacoso. Los peligros del acoso por medios electrónicos, conocido comúnmente como ciberacoso, son similares a los del acoso tradicional, pero las amenazas pueden no cesar con los niños en la seguridad de sus propias casa. El ciberacoso puede incluir publicar información hiriente en internet, excluir a alguien de una comunidad en línea o un contacto no deseado por email o mensaje de texto.
La Oficina de Justicia y Prevención de la Delincuencia Juvenil tiene el compromiso de garantizar mayor seguridad en las escuelas para los jóvenes de nuestra nación, lo que incluye reducir instancias de acoso.
Hay estudios patrocinados por la OJJDP que demuestran que las escuelas pueden mitigar los efectos negativos del acoso si porpician un entorno de aprendizaje seguro en el que los adultos dan el ejemplo de comportamiento positivo. Los programas de mentores en las escuelas permiten propiciar vínculos positivos de los jóvenes con su espacio escolar y sus compañeros, mejoran las relaciones con los maestros y el personal y dan mayor acceso a otros tipos de asistencia, como terapias y tutorías.
Para ayudar a los administradores de escuelas a abordar casos de acoso, hemos analizado los hallazgos de la evaluación de 10 programas de prevención del acoso, disponibles en nuestra guía de programas modelo. Los programas que se consideraron eficaces fomentaban el trabajo colaborativo de toda la comunidad educativa, incluiso los estudiantes, consejeros, maestros y administradores. Estos programas también buscaban concientizar acerca del acoso y promover una culturua en la que los estudiantes se sintieran cómodos a la hora de buscar ayuda si eran acosados.
Más aun, elaboramos la herramienta School-Based Bullying Prevention I-Guide (Guía de implementación de estrategias de prevención de acoso desde las escuelas) para ayudar a las escuelas a cubrir la brecha que existe entre identificar la naturaleza de un problema de acoso en particular e implementar soluciones que funcionen. La I-Guide (que es la abreviatura en inglés de guía de implementación) analiza investigaciones y estudios de evaluación para identificar de qué manera se implementaron los programas de prevención del acoso en las escuelas. Luego describe las características comunes de la implementación de estos programas en las escuelas, y delinea 10 pasos que pueden seguir otras escuelas.
Pero no solo el personal de las escuelas es responsable de prevenir el acoso. Los padres y los jóvenes también tienen un papel fundamental. La OJJDP y otras agencias federales apoyan la iniciativa stopbullying.gov, un esfuerzo colectivo para educar a las comunidades acerca de los riesgos del acoso y cómo responder frente a casos. En el sitio web stopbullying.gov destacamos estrategias útiles a las que pueden recurrir los padres y jóvenes para reducir el acoso. Por ejemplo, los padres pueden contribuir a genera un ambiente positivo en las escuelas si trabajan como voluntarios junto a los maestros, y los estudiantes pueden asumir roles de liderazgo para promover el respeto y la inclusión entre los estudiantes.
A lo largo del año escolar, demasiado niños se verán expuestos a las consecuencias negativas del acoso. Todos debemos trabajar juntos para crear un entorno sin acoso en la escuela y en línea. Los padres, funcionarios de las escuelas y estudiantes pueden marcar una diferencia a la hora de prevenir el acoso: es momento de asumir un rol activo y para reconocer y prevenir el acoso.
Si desea obtener más información sobre cómo está trabajando la OJJDP para prevenir y abordar instancias de acoso, incluidos recursos útiles para abordar situaciones de acoso, visite nuestro sitio web en OJJDP.gov.