El acoso por mucho tiempo ha sido visto como un rito de transición entre los jóvenes de hoy. Pero el acoso no es una característica normal de la adolescencia, por eso ahora se lo considera de manera muy apropiada como un grave problema de salud pública con consecuencias a largo plazo. Conforme a las encuestas nacionales, la prevalencia del acoso en las escuelas varía entre el 18 y el 31 por ciento de los niños en edad escolar. En los últimos años, la tecnología ha facilitado un nuevo tipo de agresión, el ciberacoso, que tiene lugar a través de redes sociales, herramientas de mensajería instantánea y otros tipos de comunicación digital. Según los datos, la prevalencia de la victimización a través de estos medios es de entre el 7 y el 15 de la población de jóvenes.
Una agrupación de agencias federales y socios filantrópicos, reconociendo estos problemas de salud pública, le solicitaron a la Academia Nacional de Ciencias, Ingeniería y Medicina que convoque un comité de expertos con dos propósitos: revisar la profusión de la investigación sobre el acoso que está disponible en este momento e identificar qué más debe hacerse para comprender mejor el acoso y sus consecuencias y disminuir los casos. El comité presentó sus hallazgos, conclusiones y recomendaciones en el informe titulado Prevenir el acoso a través de la ciencia, las política y la práctica (mayo de 2016).
Las principales conclusiones y recomendaciones del informe incluyen estas:
- El acoso está asociado a consecuencias perjudiciales a corto y largo plazo, tanto para los jóvenes que son víctimas del acoso como para los agresores. Las personas que acosan a otras y que también son víctimas de acoso aparentemente corren mayor riesgo de experimentar problemas psicosociales negativos.
- Al parecer, son muy efectivas las iniciativas e intervenciones de prevención multicomponentes implementadas en todo el entorno escolar. Los programas escolares con múltiples componentes que involucran a todos los estudiantes, que ofrecen intervenciones específicas para quienes corren mayor riesgo de ser víctimas de acoso y que apoyan el desarrollo social y emocional de los estudiantes son los que tienen mayor probabilidad de ser efectivos.
- Existen enfoques erróneos en la prevención del acoso que son comunes y se pueden evitar. Los estudios indican que algunos enfoques ampliamente utilizados, como las políticas de tolerancia cero, no son efectivos para disminuir los casos de acoso y deberían suspenderse.
- Las partes interesadas necesitan definiciones comunes de acoso. Las agencias federales y otras partes interesadas deberían usar definiciones comunes de acoso para poder interpretar con precisión la prevalencia del problema.
- Se necesitan mejores datos sobre el acoso. Como el acoso es un fenómeno social complejo que involucra a una persona dentro del entorno social de un joven, es importante ir reuniendo datos sobre la prevalencia de todas las formas de acoso y sobre la prevalencia de todas las personas involucradas, incluidos los agresores, las víctimas y los espectadores.
- Es fundamental contar con más información sobre los grupos de alto riesgo. Dado el amplio conocimiento que tenemos sobre los factores de alto riesgo respecto al acoso, es importante recabar información de mejor calidad y más específica sobre la prevalencia del acoso entre quienes presentan una vulnerabilidad especial a este tipo de persecución en base a factores tales como el peso, la orientación sexual, la identidad de género y la posibilidad de que presenten alguna forma de discapacidad.
- Los impactos de las leyes y políticas antiacoso necesitan ser revisadas. Si bien es necesario que se hagan más investigaciones sobre su eficacia, las leyes y políticas tienen el potencial de jugar un papel importante en el fortalecimiento de las iniciativas estatales y locales para prevenir, identificar y responder ante el acoso.
Aunque las situaciones de acoso han perdurado a través de las generaciones, los líderes de salud pública, los investigadores y los educadores entienden la naturaleza evolutiva del acoso como nunca antes ocurrió y se comprometen a prevenirlo antes de que suceda. StopBullying.gov le ofrece a las partes interesadas una variedad de herramientas y recursos basados en evidencias, que incluyen una capacitación de educación continua en línea nueva, con los últimos resultados de la investigación sobre el acoso e información sobre las mejores prácticas, desarrollada por la Administración de Recursos y Servicios de Salud (HRSA, siglas en inglés) y los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC, siglas en inglés). El informe de la Academia le ofrece a la comunidad de prevención del acoso una guía para seguir abordando la problemática del acoso a través de investigaciones, datos y prácticas y políticas basadas en la evidencia. Lea el informe completo aquí y siga en contacto para conocer más actualizaciones de StopBullying.gov.