La resiliencia es la capacidad de superar dificultades importantes y adaptarse bien cuando se enfrenta a experiencias adversas. Además de ser una característica o rasgo personal (p. ej., "ella es resiliente"), también se refiere al proceso de superar amenazas, dificultades y traumas. Ser resiliente es el resultado de ese proceso.
Los niños y jóvenes que sufren experiencias adversas durante la infancia (ACE, por sus siglas en inglés), como violencia doméstica o de vecinos, abuso, pobreza, pérdida de un padre y acoso, pueden experimentar efectos negativos duraderos. Esto aplica esencialmente si su resiliencia es baja.
La resiliencia de una persona puede cambiar con el tiempo. Los niños pueden ser más o menos resilientes cuando se enfrentan a un trauma nuevo o a la falta de apoyo. Los padres y cuidadores pueden ayudarlos a desarrollar resiliencia al fortalecer los factores protectores que les dan amparo y apoyo cuando experimentan dificultades o riesgos. Según la Administración de Servicios de Salud Mental y Abuso de Drogas (SAMHSA, por sus siglas en inglés), existen tres factores protectores que contribuyen en gran medida a la resiliencia infantil:
- Relaciones con adultos comprensivos
- Desarrollo cognitivo/habilidades para resolver problemas
- Autorregulación
Los niños y jóvenes con estos factores protectores pueden ser más resilientes que otros que enfrentan ACE similares y carecen de ellos. Los padres y cuidadores los ayudan a desarrollar resiliencia cuando:
- Pasan tiempo con sus hijos
- Brindan una guía y estructura consistentes
- Son conscientes de la ubicación y las actividades de sus hijos
- Ofrecen un apoyo emocional cálido a sus hijos
10 maneras en que los padres y cuidadores pueden ayudar a sus hijos a desarrollar resiliencia
Estos son algunas maneras en que los padres y cuidadores pueden ayudar a sus hijos y familia a ser más resilientes. Algunas requieren de esfuerzo, pero vale la pena el sacrificio. Si usted es padre o cuidador, puede hacer lo siguiente:
- Establecer metas familiares y hacer que los niños desempeñen una función importante para lograrlas.
- Cuando su hijo esté defensivo o agresivo, ayúdelo a reflexionar sobre la situación y comprender qué causa ese comportamiento. Es posible que los niños no cuenten con las habilidades para manejar la situación. Seguramente necesiten ayuda. Ayúdelos a desarrollar las habilidades para responder de mejor manera en el futuro.
- Practicar juegos de rol sobre cómo lidiar con distintos problemas. Esto ayuda a que los niños desarrollen maneras de lidiar con sus desafíos.
- Demostrar coraje y optimismo a la hora de enfrentar desafíos familiares.
- Trabajar para resolver problemas juntos.
- Enseñarles a sus hijos cómo lidiar con el estrés. Puede ser útil participar en actividades de bienestar juntos, como hacer actividad física o cocinar saludable.
- Encontrar a alguien (un tutor, mentor o consejero escolar) que ayude a su hijo a mejorar habilidades académicas y de la vida específicas.
- Ser voluntarios juntos para ayudar a otras personas con necesidades.
- Hablar con su hijo sobre desafíos pasados y cómo le ayudaron a crecer.
- Ayudar a su hijo a encontrar soluciones prácticas para resolver los problemas que surjan.
Con el apoyo de los padres y cuidadores, un niño puede desarrollar resiliencia, lo que le ayudará a lidiar con experiencias difíciles, cuando surjan, como el acoso.