Usted podría pensar que un jugador de la NFL no sabría lo que se siente ser acosado, pero lo hago. Cuando era niño, mis compañeros de clase a veces me fastidiaban o se burlaban del espacio entre mis dientes delanteros. Lo que ellos no sabían es que ese espacio es como una reliquia para mí, algo hereditario, y no lo cambiaría por nada.
Pero el acoso por mi apariencia no se detuvo allí. En la adolescencia, cuando comencé a crecer, mis pies iban en concordancia con mi edad: talle 12 a los 12 años, talle 13 a los 13 años... y así, hasta que mis pies dejaron de crecer a los 16 años y calzaba 16. Dado que no era fácil encontrar calzado tan grande, básicamente tenía unos zapatos negros, unos blancos y unos deportivos para usar, y no los últimos Jordan como los demás niños. Estaba frustrado y lo liberé en el campo; los deportes pueden ser un buen escape para ello.
Por supuesto, todos desean ganar cuando juegan; sin embargo, esa naturaleza competitiva puede hacer que algunos niños tomen decisiones que dejen a otros afuera o se sientan inferiores a los demás. El acoso en los deportes, en el aula o en línea puede hacer que un niño se aísle, y se sabe que ese es un factor de riesgo para el suicidio. La amabilidad y la ética deportiva significan que todos merecen una oportunidad y darse cuenta que hay cosas que importan más que ganar, como las relaciones con los pares. Una victoria puede ser momentánea, pero la amabilidad y la impresión que genera puede durar de por vida.
Existen ciertas medidas que pueden tomar los entrenadores y las escuelas para prevenir el acoso en los deportes y otros lugares:
- Promover un ambiente de equipo. Un equipo unido es como una familia atenta, protectora y cercana, y formar parte de él puede ayudar a disminuir la probabilidad de acoso.
- Elogiar la inclusión y el trabajo en equipo. De esta manera, se envía un mensaje claro a todos los jugadores de que esto es a lo que apunta el equipo.
- Ser claro sobre los roles, las responsabilidades y las expectativas. La cultura escolar se expande al campo, la cancha o la pista, por lo que los niños deben ser conscientes y comprender las normas y los límites.
- Identificar el acoso y los ritos de pago peligrosos. Los entrenadores, los padres y otros directivos deben ser notificados cuando esto ocurre, porque la mayoría de las ligas y grupos presentan normas y valores contra ello; si ellos no lo identifican, los niños deberían ponerlos al corriente.
- Hacer que los entrenadores establezcan las pautas y promuevan la inclusión y el espíritu deportivo. Los entrenadores deben crear un entorno seguro y respetuoso que sea un modelo de amabilidad para todos los niños.
Practicar un deporte puede ser una gran forma de desarrollar fortaleza y habilidades, aprender el trabajo en equipo y hacer amistades sólidas. El acoso no tiene lugar en los deportes. Siempre es mejor ser amable, y eso es algo que deberíamos hacer que ocurra en todas las escuelas y equipos.
Si no sabe por dónde empezar, StopBullying.gov es un buen recurso para entrenadores, maestros, padres y todo aquel que desee promover relaciones saludables entre niños. Incluso hay una guía de recursos para líderes en recreación para que entrenadores, instructores, personal de recreación y voluntarios conozcan cómo superar los desafíos para tener un espacio saludable para que los niños jueguen, se relajen y estén sanos.
Visite la Carlos Dunlap Foundation para conocer más sobre su campaña contra el acoso.